martes, 13 de octubre de 2009

AUGUSTO COMTE

AUGUSTO COMTE
Auguste Comte, cuyo nombre completo es Isidore Marie Auguste François Xavier Comte (Montpellier, Francia, 19 de enero de 1798 - † París, 5 de septiembre de 1857). Se le considera creador del positivismo y de la disciplina de la sociología aunque hay varios sociólogos que sólo le atribuyen haberle puesto el nombre.
De carácter dogmático, tuvo una vida atormentada, marcada por amores difíciles, un matrimonio fracasado, crisis nerviosas y dificultades para instalarse en el estamento académico.
Junto con
Agustín Thierry, fue secretario de Saint-Simon durante siete años y ambos se separaron de él debido a las muchas discrepancias que surgieron. Después de esta ruptura, Comte inició una etapa que calificó de "higiene cerebral" para alejarse de la influencia de las ideas de Saint-Simon. Otra versión menciona que Saint-Simon cedió los derechos de su avance (los Principios de la sociologia) a Comte, con la condición de que la mejorara y la diera a conocer al mundo entero, ya que Saint-Simon había dejado atrás o en el olvido toda su investigación. Por eso se considera a Comte el padre de la sociología.

FILOSOFÍA
La filosofía de Comte entronca con la revuelta moderna contra los antiguos que inició Francis Bacon y extendió L'Encyclopédie francesa y que consistió, a grandes rasgos, en la asunción de la razón y la ciencia como únicas guías de la humanidad capaces de instaurar el orden social sin apelar a lo que él considera oscurantismos teológicos o metafísicos.
La evidente intención de reforma social de su filosofía se adhiere, sin embargo, a una postura conservadora y contrarrevolucionaria en claro enfrentamiento con las propuestas ilustradas de
Voltaire y Rousseau.
Tomando como trasfondo la
Revolución Francesa, Comte acusa a estos dos autores de generar utopías metafísicas irresponsables e incapaces de otorgar un orden social y moral a la humanidad.
La idea básica de Comte era que todas las ciencias formaban una jerarquía, de manera que cada eslabón dependía del anterior de acuerdo a la complejidad de los fenómenos estudiados. En la base estaban las matemáticas, seguida de la mecánica, la física, la química, la biología y por último, encabezando la pirámide de las ciencias se encontraba la Ciencia de la Sociedad; la
Sociología. Comte vio en esta ciencia las respuestas a los problemas del hombre y la sociedad. La exaltación de la Sociología le llevó a considerarla practicamente como una nueva religión laica de la humanidad formándose así el positivismo.
Los problemas sociales y morales han de ser analizados desde una perspectiva científica positiva que se fundamente en la observación empírica de los fenómenos y que permita descubrir y explicar el comportamiento de las cosas en términos de leyes universales susceptibles de ser utilizadas en provecho de la humanidad.
Comte afirma que únicamente la ciencia positiva o
positivismo podrá hallar las leyes que gobiernan no sólo la naturaleza, sino nuestra propia historia social, entendida como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos llamados estados sociales.

LA LEY DE LOS TRES ESTADOS Y LA IDEA DE PROGRESO
La humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está determinado a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado científico o positivo.
Este tránsito de un estado a otro constituye una ley del progreso de la sociedad, necesaria y universal porque emana de la naturaleza propia del espíritu humano. Según dicha ley, en el estado teológico el hombre busca las causas últimas y explicativas de la naturaleza en fuerzas sobrenaturales o divinas, primero a través del fetichismo y, más tarde, del politeísmo y el monoteísmo. A este tipo de conocimientos le corresponde una sociedad de tipo militar sustentada en las ideas de autoridad y jerarquía.
En el estado metafísico se cuestiona la racionalidad teológica y lo sobrenatural es reemplazado por entidades abstractas radicadas en las cosas mismas (formas, esencias, entre otros.) que explican su por qué y determinan su naturaleza. La sociedad de los legistas es propia de este estado que es considerado por Comte como una época de tránsito entre la infancia del espíritu y su madurez, correspondiente ya al estado positivo. En este estado el hombre no busca saber qué son las cosas, sino que mediante la experiencia y la observación trata de explicar cómo se comportan, describiéndolas fenoménicamente e intentando deducir sus leyes generales, útiles para prever, controlar y dominar la naturaleza (y la sociedad) en provecho de la humanidad. A este estado de conocimientos le corresponde la sociedad industrial, capitaneada por científicos y sabios expertos que asegurarán el orden social.
Finalmente, cabe destacar la propuesta que hizo Comte de un calendario humanista donde cada uno de los meses y de los días representaba la conmemoración de un personaje histórico. Este calendario se conoce también como el "Calendario positivista".


CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA POSITIVA
La Filosofía Positiva como tipo de conocimiento propio del último de los tres estados de la sociedad según la ley de los tres estados, se define por oposición a la filosofía negativa y crítica de Rousseau y Voltaire (postura a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al período post-revolucionario).
El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo, desechando la búsqueda de propiedades ocultas, características de los dos primeros estados.
Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún determinismo absoluto a priori.
Se podría afirmar también que la filosofía positivista lo que hace es basar su conocimiento en lo positivo, o sea en lo real, dejando a un lado las teorías abstractas como la del fenomenalismo kantiano, al considerarlas como metafísicas.
Comte plantea tres estados del conocimiento humano: un estado teológico, un estado metafisico (concreto / abstracto) y un estado positivo, el más deseado y al que en teoría deberían tender los dos anteriores, ya que basa el logro del conocimiento en la razón aplicada.
En fin, lo que busca la Filosofía Positiva de Augusto Comte es una reorganización social, política y económica en el contexto de la Revolución Industrial.
Asimismo, y como suele suceder con los Sistemas Filosóficos de cierta influencia, las ideas de Comte pasan a ser objeto de nuevos enfoques, dando pie a nuevas concepciones epistemológicas, representadas por autores tan diversos como interesantes Klimovsky, Mary, Karl Popper, Bachelard, etc., que lo mismo critican, describen y dictan normas de cómo debe ser aplicada la Filosofía Positiva.

LEGADO
La idea de una ciencia especial centrada en lo social –la «sociología»– fue prominente en el siglo XIX y no únicamente para Comte. La ambición -algunos dirían grandiosidad- con la que Comte la concibió fue, sin embargo, extraordinaria.
Comte vio esta nueva ciencia, la sociología, como la última y la más grande de todas las ciencias, una ciencia que incluiría todas las ciencias las cuales integrarían y relacionarían sus hallazgos en un todo cohesionado.
Comte acuñó el término "sociología" y se le considera el primer sociólogo moderno. Su énfasis en la interconectividad de los elementos sociales lo convirtió en un precursor del funcionalismo moderno. No obstante, con pocas excepciones, su trabajo se considera hoy en día excéntrico y acientífico, y su gran visión de la sociología como la reina de todas las ciencias nunca llegó a cuajar.


OBRAS PRINCIPALES
  • Curso de filosofía positiva. Cours de philosophie positive. 6 vols. 1842.
  • Discurso sobre el espíritu positivo (Discours sur l'esprit positif). 1844. ay varias traducciones al español:

  • Discurso sobre el espíritu positivo. Versión y prólogo de Julián Marías. Madrid, Alianza Ed., Madrid, 1980 {ISBN 84-206-1803-9}.

  • Discurso sobre el espíritu positivo. Trad. de Consuelo Berges. Prólogo de Antonio Rodríguez Huéscar. Buenos Aires, Aguilar, 1965.

  • Discurso sobre el espíritu positivo. Edición y traducción de Eugenio Moya. Madrid, Biblioteca Nueva, 1999.

  • Système de politique positive, ou Traité de sociologie, instituant la religion de l'humanité. (Sistema de política positiva). 4 vols. 1851-1854.

  • Catéchisme positiviste, ou Sommaire exposition de la religion universelle, en onze entretiens systématiques entre une femme et un prêtre de l'humanité. 1852.

    ver video de AUGUSTO COMTE


No hay comentarios:

Publicar un comentario